¿Cómo entender algo que nunca hemos vivido?
¿Cómo saber, si nunca lo hemos vivido?, y sólo vivimos engañándonos pensando que ésa; no es nuestra realidad.
Bien dicen por ahí, “Ponte en mis Zapatos”; hoy toca ponernos en los zapatos de Jorgen Leth (director de Cine y poeta Danés); quién sin saberlo al escribir el guión “El Humano Perfecto”, junto a Ole John (de quién sabemos que fue Director y también Escritor y Editor de Cine); estaría construyendo una especie de bomba de tiempo que aprovecharía uno de sus más grandes seguidores, alguien que veía en Jorgen una especie de “maestro”, sí, nos referimos al director Lars Von Trier, quién ve en él ya experimentado director, una especie de “desafío” al conocer su cortometraje y al conocer su historia.
Jorgen Leth, se sabe un director Danés muy reconocido y aceptado, que como particularidad siempre va en búsqueda de la perfección cinematográfica, sigue las reglas, y parte de su vida se dedicó a enseñar en Universidades como Harvard, y la UCLA; además sumémosle que en su larga trayectoria están la publicación de Poemas y Ensayos (así que para ensayos, los de él). Y a pesar de saber esto, el pobre Lars Von Trier, se atrevió a desafiarlo. ¿Será que no sólo representaba un desafío mental para su colega y maestro; y también lo era para él?
Este desafío, se asemeja tanto a lo que en ocasiones vivimos en el medio en el que nos desarrollamos como Diseñadores, o más bien como Comunicadores de Ideas; sí, desafiamos lo establecido, siempre nos estamos preguntando ¿porqué esto tiene que ser así?¿porqué lo aceptamos?¿porqué no lo cambiamos?...
Lars, después de haber visto más de treinta veces el cortometraje “El Humano Perfecto”, se confiesa un amante de la creación de Leth, y se dedica a estudiarlo y analizarlo profundamente, llegándose a sentir en cierto momento más conocedor de la persona de Leth, que él mismo. Vanagloriándose de ello le propone al director rehacer su cortometraje, cuando podría considerarse una falta de respeto el sólo hecho de pensar en hacer modificaciones sobre él mismo, ya que Leth no sólo era el director sino que también era el guionista. Sin miedo a lo que sucediese éste acepta, porque al igual que Lars es un amante de los juegos, y esto lo ve como un simple reto nada fácil de librar.
Aquí hay que tomar en cuenta que Lars es uno de los fundadores del Movimiento “Dogma 95”, que siempre buscaba mostrar la realidad, a pesar de lo cruel que ésta fuera, no importaba la musicalización y tampoco las escenografías armadas, había dentro de éste movimiento cierta apatía a la forma en que se realizaba cine en Dinamarca (sobretodo) y el mundo, y se pretendía mostrar algo totalmente natural. Creado un movimiento, se establecen reglas, que son las impuestas al director Jorgen Leth cuando se le proponen las “Cinco Obstrucciones”.
¿Cuáles con las cinco obstrucciones?, son sencillas, tienes que hacer lo que más odias. Esto es lo que prácticamente Lars dice a Leth. Le impone un “Trabajo de su Trabajo”, lo somete a un juego macabro (sí como la cinta “Saw”) enfrentándolo a sus más grandes temores, haciéndote demostrar que puedes pelear por tu sobrevivencia. Pero no contaba con que “Más sabe el Diablo por Viejo que por Diablo”, ya que su contrincante en este juego ya le tenía preparado una estrategia.
Leth, como buen conocedor del Séptimo Arte, decide recibir los duros golpes que le tenían preparado como táctica para que cuando Lars se cansara (que era un poco difícil), se dedicara a disfrutar de cada uno de estos “remakes” que le hizo elaborar, todos al final siempre con reglas pero con el sello particular de su creador.
Esto viene representando la inversión de papeles, todos alguna vez siempre desean poder manipular a alguien, o en este caso, como alumno deseo algún día poder enseñarte algo a ti como maestro, entonces, Lars desprende de su escuela “Dogma 95” sus reglas que juró acatar, y se las impone como miedos a Leth.
No hay comentarios:
Publicar un comentario